Las dos claves para que el consumo de café no afecte el descanso nocturno

La ciencia da la clave para que disfrutemos de esta infusión y podamos tener una buena noche de sueño.
El café es la bebida que bebemos en las mañanas para dejar atrás la somnolencia, mientras que también le agregamos esas tazas que llenan de energía a lo largo del día y ayudan a seguir en marcha, aunque sabemos que con el paso de las horas esto puede no ser tan beneficioso: una vez que nos vayamos a la cama para disfrutar de ese descanso reparador que tanto necesitamos, pueden hacer que no consigamos dormir.
El café y el sueño no son compatibles y la responsable es la cafeína. A veces, nos pasa que lo intetamos todo para poder dormir, pero llega la madrugada y no lo logramos y sabemos que el culpable es ese café que nos habíamos tomado unas horas antes.
Sin embargo, podemos hacer algo para seguir disfrutando del café sin que nos quite el sueño.

La clave para no renunciar la café está en tener presente, como explica el profesor estadounidense Matthew Walker, psicólogo y neurocientífico que su efecto negativo está determinado tanto por la dosis como por el momento en el que se consume.
La razón por la que el café no nos deja dormir es porque, como muestra un estudio de la Universidad de Basilea, la cafeína actúa bloqueando la adenosina, un neurotransmisor que participa en la regulación del ciclo de sueño-vigilia. Su función es hacer que nos sintamos somnolientos y cansados. El problema es que la cafeína suplanta a la adenosina y engaña al cuerpo para que siga la fiesta sin notar el cansancio.
Cuanto dura el efecto del café en el cuerpo
Tomada la taza, el cuerpo tarda sólo unos 45 minutos en absorber la cafeína, pero eliminarla requiere bastante más tiempo. Dependiendo de la persona y, según la Universidad de Nova Southeastern, la vida media de esta sustancia estimulante varía entre 1,5 y 9,5 horas.
Como indica el experto, por lo general, el café tiene una vida media de entre cinco y seis horas, lo que implica que, cuando una persona toma un café al mediodía, una cuarta parte de la cafeína consumida seguirá en su cerebro cuando llegue la medianoche y, si este estimulante está en nuestro cerebro, no nos va a dejar dormir correctamente.

Además, no solo influye cuándo tomemos café sino que también es muy importante no tomarlo con el estómago vacío y, por supuesto, no beber muchas tazas. El efecto que la cafeína produce en el cerebro es, como demuestra un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona, dosis dependiente, es decir, cuanto más café tomemos, más activo nos sentiremos y más nos costará dormir.
No más de cuatro o cinco tazas al día
Tampoco es demasiado aconsejable llenarse de café porque cada taza contiene entre 80 y 100 mg de cafeína y, según la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), la cantidad segura que puede tomar un adulto es de 400 mg diarios, es decir, entre cuatro y cinco tazas de café.
Tomar mucho café tiene consecuencias nada buenas para el cuerpo como taquicardias, ansiedad, jaquecas o insomnio, pero no hay que renunciar a esta infusión, ya que, como constataron infinidad de estudios, tiene numerosos beneficios para el organismo, por ejemplo, un menor riesgo de enfermedad cardiovascular, depresión o, incluso, algunos tipos de cáncer.
Las dos claves para que el café no afecte el sueño
Lo importante es que no lo tomemos ni en grandes cantidades ni después del mediodía debido a que, incluso transcurridas unas 8-10 horas desde su consumo, la cafeína seguirá dando vueltas por el cerebro.
Fuente: TN