Cómo evitar que la lechuga se oxide, y cómo cortarla correctamente

Este es el paso a paso correcto para lavar, manipular y cortar las hojas de lechuga sin que las mismas se oxiden o marchiten
Seguro que alguna vez has cortado una planta de lechuga y la misma se pone marrón a los pocos minutos. Esto no suele ocurrir siempre, pero por lo general se da por la forma en cómo la manipulamos.
En la siguiente nota te explicaremos por qué se oxida la lechuga, y qué se puede hacer en casa para evitar que esto ocurra.
¿Por qué se oxida la lechuga?
Por lo general, la lechuga se oxida debido a procesos químicos y biológicos que ocurren cuando las células de esta planta se dañan. Por ejemplo, esto puede ocurrir cuando la manipulamos y cuando la cortamos. Las células se rompen y se liberan enzimas que interactúan con el oxígeno del aire. Este proceso se conoce como oxidación enzimática.

Hay una enzima presente la lechuga (y en muchas frutas y verduras) donde la oxidación da como resultado la formación de compuestos marrones. La exposición al aire acelera esa oxidación. Esto ocurre particularmente en las áreas cortadas o dañadas de la lechuga.
Por otro lado, almacenar la lechuga a temperaturas indebidas puede acelerar dicha oxidación. Productos contaminantes o microorganismos que se alojen en la superficie de la lechuga también pueden acelerar el proceso de oxidación y deterioro.

¿Cómo evitar que la lechuga se oxide y marchite?
Para evitar que la lechuga se oxide y se marchite, sigue estos consejos:
- Lava y seca bien cada hoja de lechuga. Debes hacerlo con agua fría, y luego secarla por competo con papel de cocina. La humedad excesiva puede acelerar el proceso de marchitamiento.
- Coloca las hojas lavadas y secas en un recipiente hermético o en bolsas. Añade una hoja de papel de cocina para absorber la humedad adicional.
- Refrigera la lechuga a temperatura adecuada. Lo mejor es guardarla en el cajón de las verduras.
- En caso de que las hojas de lechuga estén marchitas, puedes rociarlas con un poco de agua para revivirlas.
¿Cómo cortar correctamente la lechuga?
Separa las hojas de lechuga que usarás, y luego enjuágalas con agua fría. Escurre bien el agua (puedes usar un colador o una centrifugadora de vegetales). Usa un cuchillo de cerámica o plástico con filo para cortar la base dura de la lechuga, esto permitirá separar las hojas más fácilmente. Evita los cuchillos de metal.
Si las hojas son grandes, tendrás que apilarlas en varias capas y cortar las hojas en tiras del tamaño deseado, generalmente de 1 a 2 cm de ancho, dependiendo de cómo la vayas a usar. Y listo.
Fuente: DiarioUno