Tragedia en Texas: al menos 24 muertos y cientos de desaparecidos por inundaciones repentinas

Una ola de inundaciones repentinas azotó Kerr County, en el centro de Texas, provocando al menos 24 muertes y dejando más de 20 niñas desaparecidas tras desbordarse el río Guadalupe, según informaron las autoridades locales. El desastre se produjo en la madrugada del 4 de julio, cuando lluvias torrenciales, vinculadas a los remanentes de la tormenta tropical Barry, hicieron que el río subiera más de 8 metros en menos de una hora.
El sheriff del condado de Kerr, Larry Leitha, confirmó las 24 muertes relacionadas con la crecida, mientras que en el condado vecino de Kendall los informes señalan una víctima más, todavía en proceso de verificación.

Las imágenes de rescates aéreos y evacuaciones por helicóptero reflejan la amplia magnitud de la emergencia: hasta el momento se han rescatado o evacuado a unas 237 personas, de las cuales 167 fueron trasladadas vía aérea.
El horror se teme aún mayor en Camp Mystic, un campamento de verano cristiano para niñas ubicado en las riberas del río Guadalupe. Allí se reportan entre 23 y 25 niñas desaparecidas dentro de las casi 750 asistentes al campamento. Las tareas de búsqueda continúan de forma intensa, con más de 400 efectivos en tierra, 14 helicópteros y drones desplegados en la zona.

Autoridades estatales, encabezadas por el gobernador Greg Abbott, declararon el estado de desastre en varios condados afectados y anunciaron recursos ilimitados para las tareas de rescate. El mismo Abbott declaró que las operaciones se extenderán hasta agotar todos los esfuerzos, mientras el presidente Trump, desde Air Force One, prometió apoyo federal para los damnificados.
El Servicio Meteorológico Nacional emitió una alerta de inundación relámpago («flash flood emergency») para Kerr County frente a una tormenta considerada «catastrófica», aunque la magnitud del evento superó las previsiones: se registraron hasta 25‑30 cm de lluvia en pocas horas.
Funcionarios locales reconocieron que no existía un sistema de alerta adecuado y que la rapidez de la crecida dejó a muchas personas sin tiempo para reaccionar.
El panorama en la comunidad sigue siendo crítico. Familias desesperadas buscan a sus seres queridos, se han suspendido celebraciones por el feriado y continúan las labores de socorro y peritaje para cuantificar daños e infraestructuras afectadas. Además, se advierte que continúan las lluvias en la región, lo que podría agravar aún más la situación .