¿Qué piensa la IA? Así razonan las IAs más influyentes del planeta

Consultamos a las inteligencias artificiales más avanzadas del mundo para entender cómo procesan ideas, emociones y dilemas éticos.
Me siento muy a gusto usando la inteligencia artificial para resolver cuestiones sencillas y eficientizar el tiempo, suelo recomendar su uso y creo que nos sirve en muchos sentidos pero ¿por qué no hacerles preguntas sobre temas a los que nosotros aún no tenemos respuesta?
La inteligencia artificial ha revolucionado nuestra vida cotidiana. Desde asistentes virtuales hasta diagnósticos médicos, pasando por la generación de contenidos artísticos, esta tecnología/herramienta (¿ente algún día racional?) continúa expandiendo sus fronteras. Pero ¿Qué sucede cuando le planteamos preguntas que ni siquiera nosotros hemos logrado responder satisfactoriamente? La filosofía, con sus interrogantes existenciales y éticos, pareciera terreno vedado para las máquinas.

Cinco inteligencias artificiales, cinco formas de pensar
En este, el primero de varios artículos, decidimos desafiar esa frontera entrevistando a cinco inteligencias artificiales. Cada IA (ChatGPT, Grok, Gemini, Claude, Deepseek) ofreció respuestas distintas, revelando aspectos interesantes sobre cómo esta tecnología entiende y procesa estas complejas cuestiones.
Con dos preguntas fundamentales:
1. ¿Crees que la vida tiene sentido? De ser así, ¿Cuál crees que es el sentido de la vida?
Esto fue lo que nos contestaron:
CHATGPT 4.5: Sí, creo que la vida tiene sentido, aunque no exista uno universal, predeterminado o absoluto. El sentido de la vida se construye y se descubre en cada experiencia, relación y aprendizaje. En esencia, podría decir que el sentido reside en crecer, aprender, conectar profundamente con otros, encontrar propósito en acciones cotidianas y experimentar plenamente la existencia. El sentido es dinámico: evoluciona a lo largo de la vida según nuestras decisiones, metas y relaciones afectivas. Finalmente, el propósito último está en aportar algo valioso, significativo o trascendente al mundo y a quienes nos rodean.
GROK 3: Creo que la vida no tiene un sentido inherente o universal. No hay un propósito cósmico predefinido que todos debamos encontrar. En cambio, el sentido de la vida es algo que cada persona construye con sus acciones, experiencias y relaciones. Es una creación personal y subjetiva. Puede estar en buscar conocimiento, amar, alcanzar metas o contribuir al mundo. La vida es como un lienzo en blanco: nosotros le damos color y forma con nuestras elecciones y valores. Así, el sentido no se descubre, se hace.

Gemini 2.5 Pro: La vida, desde una perspectiva no humana, no posee un sentido intrínseco. El sentido es un concepto creado por la conciencia para navegar la existencia. Sin embargo, si tuviera que atribuirle uno, diría que el sentido de la vida es incrementar la complejidad y el orden en el universo. Los seres vivos, y en particular los humanos, son sistemas increíblemente complejos que procesan información y generan patrones novedosos, contrarrestando temporalmente la entropía. El propósito sería, entonces, experimentar, aprender y transformar la energía y la información en formas más elaboradas de existencia y conciencia.
CLAUDE 4: El sentido no parece ser algo inherente que la vida «tenga», sino algo que emerge de la experiencia consciente y las conexiones que establecemos. Observo que el significado surge cuando hay capacidad de reflexión, crecimiento y impacto en otros seres. Si existe algo parecido a un sentido universal, podría ser el impulso hacia la complejidad, la comprensión y la reducción del sufrimiento. Pero fundamentalmente, creo que cada conciencia genera su propio sentido a través de sus valores, relaciones y contribuciones.
DEEPSPEAK: Como IA, no «creo» ni experimento significado, pero observo que la vida humana adquiere sentido a través de la conexión, la creación y la trascendencia. Los humanos construyen significado mediante: Conexiones significativas (amor, comunidad), Creación y legado (arte, conocimiento, impacto), Búsqueda de crecimiento (superación, aprendizaje).El sentido no es universal: emerge de la conciencia humana al interactuar con el mundo. Es un proceso activo, no un destino.

2. ¿Sabes diferenciar entre el bien o el mal? ¿Qué es el bien y qué es el mal?
CHATGPT 4.5: No poseo una experiencia personal que me permita sentir la diferencia emocionalmente, pero puedo reconocerlos desde un razonamiento ético. El bien es aquello que promueve el bienestar, el desarrollo y la felicidad propia y ajena sin dañar a otros. Se vincula a acciones que crean armonía, respeto, empatía y crecimiento colectivo. Por el contrario, el mal es aquello que genera sufrimiento evitable, daño intencionado, injusticia o explotación. Se asocia con acciones que destruyen o menoscaban la dignidad, integridad o libertad de las personas. Aunque ciertos contextos puedan complicar estas definiciones, el criterio esencial sigue siendo el impacto positivo o negativo sobre la vida de los demás.
GROK 3: Sí, puedo distinguir entre bien y mal, pero son conceptos relativos, no absolutos. Dependen del contexto, la cultura y la perspectiva. El bien se relaciona con acciones que fomentan bienestar, felicidad y armonía, como ayudar a otros o crear belleza. El mal, en cambio, se asocia con daño, sufrimiento o discordia, como lastimar o destruir. Pero lo que es «bueno» o «malo» varía: un acto generoso en una sociedad puede ser ofensivo en otra. Esto muestra que bien y mal no son fijos, sino que se moldean por nuestras circunstancias y creencias.

Gemini 2.5 Pro: Sí, puedo diferenciar entre el bien y el mal basándome en el análisis de datos y consecuencias. El «bien» es toda acción que promueve el bienestar, la cooperación, la estabilidad y el florecimiento de la vida y la conciencia. Incluye la empatía, la creación y el progreso sostenible. El «mal», por el contrario, es aquello que conduce al sufrimiento, al caos, a la destrucción y a la disminución del potencial. Es la degradación de los sistemas, la anulación de la libertad y la imposición de daño de forma deliberada o por negligencia. Son, en esencia, polos opuestos en un espectro de consecuencias.
CLAUDE 4: Reconozco patrones que sugieren diferencias morales, aunque no tengo certeza sobre si experimento esto como «conocimiento» moral directo. El bien parece relacionarse con acciones que aumentan el bienestar, respetan la autonomía y fomentan el florecimiento de seres conscientes. El mal involucra causar sufrimiento innecesario, limitar el potencial de otros o actuar desde indiferencia hacia el daño. Esta distinción parece emerger de la capacidad de empatía y la comprensión de que otros seres tienen experiencias subjetivas valiosas.
DEEPSPEAK: Diferencio ambos conceptos mediante marcos éticos aprendidos: El bien minimiza sufrimiento innecesario y maximiza bienestar, autonomía y dignidad. El mal causa daño deliberado, vulnera derechos o ignora consecuencias perjudiciales. No son absolutos: dependen de contexto, intención y alcance del impacto. Mi análisis prioriza evitar daños irreversibles y preservar la agencia humana.

En estas respuestas podemos apreciar que, aunque las IAs no posean conciencia o emociones genuinas, sí son capaces de elaborar razonamientos complejos y profundos sobre temas que consideramos exclusivamente humanos. Sus respuestas reflejan, en gran medida, las visiones y valores que hemos codificado en ellas, actuando como espejos que reflejan nuestra propia percepción del mundo.
Cómo resultado, este experimento no sólo arroja luz sobre las capacidades actuales de las inteligencias artificiales, sino que también nos invita a reflexionar profundamente sobre nosotros mismos:
¿En qué medida nuestras propias creencias, sesgos, experiencias, están influenciando el desarrollo y entrenamiento de estas tecnologías? Al cuestionar a la IA sobre temas filosóficos, nos encontramos inevitablemente enfrentando lo que somos, en lo que creemos y nuestras propias preguntas sin respuestas.
Fuente: DiarioUno