Boca quedó eliminado del Mundial de Clubes con un empate bochornoso ante un rival amateur

El conjunto dirigido por Miguel Ángel Russo necesitaba golear y esperar una caída de Benfica, pero ni una cosa ni la otra ocurrió. La igualdad 1-1 ante Auckland City, un equipo semiprofesional, marcó uno de los papelones más resonantes en la historia reciente del club.

Boca Juniors se despidió del Mundial de Clubes de la peor manera posible: empató 1-1 frente al modesto Auckland City, un equipo compuesto en su mayoría por futbolistas amateurs, y selló una eliminación que no solo duele por el resultado, sino también por las formas.

El Xeneize llegó a la última fecha del grupo con una ecuación compleja: debía golear y esperar una derrota de Benfica. Pero ninguno de los dos escenarios se dio. El conjunto portugués ganó 1 a 0 y Boca ni siquiera logró imponerse ante el rival más accesible del certamen.

El desarrollo del encuentro expuso a un equipo sin ideas claras, repetitivo en su propuesta ofensiva y carente de variantes. Boca envió un total de 81 centros al área rival, de los cuales apenas 20 encontraron un destinatario. Uno de ellos, en el segundo tiempo, fue cabeceado por Di Lollo: el balón dio en el palo y luego se metió en el arco tras rebotar en el arquero Garrow, marcando el único tanto argentino.

Sin embargo, lo más insólito ocurrió en el primer córner que tuvo Auckland City a su favor. En una jugada aislada, Gray ganó de cabeza en el área y estampó el empate que desató la incredulidad de propios y ajenos.

La imagen final fue la de un equipo sin reacción, frustrado y con jugadores repitiendo envíos frontales sin éxito. El banco tampoco ofreció respuestas: los cambios llegaron tarde y no alteraron el rumbo del partido.

Más allá de lo deportivo, el golpe repercute con fuerza en lo institucional. Desde que Juan Román Riquelme asumió como responsable del Departamento de Fútbol, en enero de 2020, Boca no ha logrado consolidar una campaña internacional sólida. Esta eliminación, frente a un rival menor y con el agravante de la obligación previa, reaviva críticas internas y externas hacia la conducción futbolística.

La prensa internacional se hizo eco rápidamente del resultado y calificó la eliminación como “uno de los fracasos más grandes de un gigante sudamericano en la historia del torneo”. En redes sociales, los hinchas no tardaron en manifestar su enojo y frustración, mientras que el plantel evitó declaraciones tras el pitazo final.

Miguel Ángel Russo, que había apostado por una formación con mayoría de titulares, no logró torcer una dinámica que ya venía mostrando signos preocupantes en partidos anteriores. Ahora, Boca deberá enfocarse nuevamente en el plano local, pero con una mochila mucho más pesada: la de un papelón internacional que quedará en la memoria.

Mientras tanto, en el vestuario de Auckland City, la historia fue otra. El empate fue celebrado como una hazaña por jugadores que, en su mayoría, comparten el fútbol con otros trabajos.

Fuente: LaNacion

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