El Código Alimentario sumó el aceite de palta y el alpiste comestible

Con respaldo técnico y aval internacional, Argentina incorporó oficialmente estos productos a su normativa alimentaria. Se destacan por su valor nutricional y representan una oportunidad para diversificar la industria agroalimentaria.

En una medida que refuerza el vínculo entre salud pública, ciencia y producción nacional, el Gobierno argentino oficializó la incorporación del aceite de palta y cinco variedades de alpiste apto para consumo humano al Código Alimentario Argentino (CAA).

La decisión se formalizó mediante las resoluciones conjuntas 31/2025 y 32/2025, publicadas en el Boletín Oficial, firmadas por la Secretaría de Gestión Sanitaria y la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGyP).

Ambos productos se suman tras un proceso que incluyó evaluaciones técnicas, antecedentes regulatorios internacionales y consultas públicas. La medida no solo busca ampliar la oferta de alimentos seguros y saludables, sino también alentar la innovación dentro del sector agroalimentario argentino.

En el caso del aceite de palta, se trata de un producto obtenido exclusivamente por medios mecánicos, sin el agregado de aditivos ni agentes químicos.

El artículo 528 bis del CAA, ahora vigente, determina que debe provenir del mesocarpio del fruto de Persea americana o del fruto entero, y fija estándares específicos de calidad para garantizar su autenticidad y valor nutricional.

Entre los requisitos técnicos, se destaca que el aceite debe contener entre un 42% y un 75% de ácido oleico, un índice de peróxidos inferior a 10 meq O/kg y parámetros físico-químicos estandarizados.

La propuesta fue impulsada por la empresa GESON S.A., que presentó antecedentes normativos de México y Perú, además del respaldo del Codex Alimentarius, que tramita su incorporación como aceite vegetal autorizado a nivel global.

El alpiste aprobado para consumo humano deberá estar rotulado con su variedad y la leyenda obligatoria, y se destaca por su alto contenido proteico y ausencia de gluten. (Foto: Adobe Stock).

Las nuevas variedades de alpiste

Por su parte, el nuevo artículo 660 bis incorpora cinco variedades de alpiste comestible, libres de fibras de sílica —tricomas o “pelos”— que pueden ser irritantes. La iniciativa fue presentada por la Mg. Marta Sofía Gozzi, y contempla variedades desarrolladas en Canadá: CDC Maria, CDC Togo, CDC Bastia, CDC Calvi (todas marrones) y CDC Cibo (amarilla), todas aprobadas por el ministerio de Salud canadiense y clasificadas como “Generalmente reconocidas como seguras” (GRAS) por la FDA de Estados Unidos.

La incorporación del alpiste apunta a diversificar la dieta con granos seguros y fácilmente identificables en góndola, gracias a un etiquetado obligatorio que garantice su correcta diferenciación.

La incorporación del alpiste apto para consumo humano al Código Alimentario Argentino no solo responde a criterios de seguridad, sino también a su perfil nutricional destacado.

El grano deberá estar identificado con la variedad específica y llevar de forma visible la leyenda “Apto para consumo humano”, lo que permite diferenciarlo claramente del alpiste de uso forrajero.

Con un contenido proteico superior al del trigo en un 5% y libre de gluten, se posiciona como un ingrediente valioso para el desarrollo de alimentos funcionales y aptos para dietas especiales, especialmente en el segmento celíaco.

El ingreso del alpiste y el aceite de palta al Código Alimentario abre nuevas oportunidades para productores que apuestan a la diversificación y el valor agregado. (Foto: Adobe Stock).

Tanto la incorporación del alpiste como la del aceite de palta fueron analizadas por el Consejo Asesor de la Comisión Nacional de Alimentos (CONAL) y sometidas a un proceso de consulta pública.

Con estas decisiones, el Estado argentino avanza en la actualización del CAA en línea con los nuevos hábitos de consumo y con los avances científicos y productivos.

La medida también abre nuevas oportunidades para productores y elaboradores interesados en desarrollar alimentos funcionales y exportables.

Fuente: TN

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