Cómo se “revivieron” los lobos terribles extinguidos hace 12.500 años y qué consecuencias tiene para la ciencia, según el presidente del CONICET

La desextinción del lobo terrible, llevada a cabo por una empresa de biotecnología estadounidense, abrió un debate global. Daniel Salamone, presidente del CONICET, advirtió sobre los límites éticos y ecológicos del procedimiento: “No es el animal original, y no cumplirá el mismo rol en el ecosistema”.
La noticia de la creación de tres lobos terribles a partir de ADN antiguo despertó admiración y polémica en todo el mundo. Se trata de una iniciativa de la empresa Colossal Biosciences, que logró desarrollar los primeros ejemplares híbridos de esta especie extinta hace más de 12.500 años, a través de edición genética de lobos grises. Sin embargo, el presidente del CONICET, Daniel Salamone, advirtió sobre los riesgos ecológicos y éticos de este tipo de experimentos.

“Este es un tema que genera un doble sentimiento. Por un lado, es algo interesante que llama la atención, pero por otro lado, va en una dirección que considero que no es la correcta”, sostuvo Salamone en diálogo con Radio Mitre. El especialista en genética animal, que además lidera el principal organismo científico argentino, cuestionó la idea de que estos animales puedan cumplir el mismo rol que sus ancestros. “No es el animal original, porque es muy difícil que se hayan realizado todos los cambios necesarios para que sea ese animal primitivo”, remarcó.
El proyecto se basó en la edición de 14 genes del lobo gris, su pariente más cercano, para recrear algunas de las características físicas del Aenocyon dirus, como su gran tamaño y poderosa mandíbula. Los científicos lograron crear a Rómulo y Remo, dos cachorros de apenas seis meses que ya superan los 36 kilos y los 1,20 metros de largo.
Beth Shapiro, directora científica de Colossal, defendió el procedimiento: “Estamos creando copias funcionales de algo que solía estar vivo”. Pero para Salamone, esta afirmación es cuestionable. “Han tomado algunos atributos de ese animal y lo han modificado en el lobo tradicional. Eso ha generado en la comunidad un profundo rechazo”, señaló, y agregó que “muchos zoológicos prohíben proveer material genético a esta empresa”.
El presidente del CONICET también hizo una comparación directa con la popular película Jurassic Park. “En la ficción, los científicos usaban ADN de dinosaurios y lo complementaban con el de otros animales. Aquí pasó algo parecido. Y al igual que en la película, los resultados pueden ser impredecibles”.
La iniciativa, que recuerda a los lobos huargos de Game of Thrones, ya generó repercusiones en el mundo académico. Desde la perspectiva de Salamone, más allá del impacto mediático y tecnológico, es fundamental priorizar la preservación de especies actuales. “Probablemente, no solo falte ese animal, sino también las presas de ese animal, entre otras cosas. Esa es la parte que uno rechaza”, explicó.
Para concluir, el titular del CONICET hizo un llamado a enfocar los recursos científicos en proteger los ecosistemas existentes. “El grado de atención que se le ha dado seguramente tendrá un impacto positivo en salvar las especies existentes, pero esto —la desextinción— no me parece una dirección que deberíamos seguir”.
Fuente: Infobae