Misiones refuerza los controles en los ríos tras el inicio de la veda total de pesca para proteger la fauna íctica y los ecosistemas acuáticos
Desde el lunes 3 de noviembre, en Misiones rige la veda total de pesca, una medida clave para la conservación de la fauna íctica y la protección de los ecosistemas acuáticos provinciales. La restricción, que forma parte de las políticas de manejo sostenible impulsadas por el Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables de Misiones, se extenderá hasta el 20 de diciembre de 2025 en los ríos Paraná e Iguazú y todos sus afluentes —incluyendo el Paisaje Protegido Lago Urugua-í—, mientras que en el río Uruguay y sus afluentes permanecerá vigente hasta el 31 de enero de 2026.
La medida, establecida mediante la Resolución N.º 406, tiene como propósito principal resguardar el proceso reproductivo de los peces, garantizando su recuperación y la continuidad del equilibrio ecológico en los ambientes acuáticos de la provincia. En este período, la actividad pesquera está totalmente prohibida, tanto en su modalidad deportiva como comercial, y únicamente se permite la pesca de subsistencia, practicada desde la costa por personas con permiso habilitado y con destino exclusivo al consumo familiar.

El texto de la resolución es enfático: la venta o comercialización de cualquier producto obtenido bajo esta modalidad está estrictamente prohibida, una disposición que busca evitar el aprovechamiento ilegal del recurso en tiempos donde el ecosistema necesita recuperarse.

Operativos de control en toda la provincia
Con el inicio del período de veda, el Ministerio de Ecología intensificó los operativos de fiscalización y control en los principales ríos y arroyos de Misiones. Estas acciones son ejecutadas por guardaparques provinciales, en conjunto con efectivos de la Dirección de Medio Ambiente y Delitos Rurales de la Policía de Misiones, con patrullajes diurnos y nocturnos para prevenir infracciones, concientizar a la población y proteger la biodiversidad acuática.
Los controles se desplegaron en puntos estratégicos como la Costanera de Posadas, el Parque El Puma y su avenida de acceso en Candelaria, además de la zona del arroyo Mártires–Nemesio Parma. En el Lago Urugua-í, durante los primeros operativos se secuestraron redes, anzuelos y otros elementos de pesca no autorizados, que quedaron bajo resguardo en el Puesto Uruzú.
Estos operativos no solo buscan hacer cumplir la normativa vigente, sino también reforzar la conciencia ambiental entre los pobladores ribereños y turistas, recordando que la veda es una herramienta científica y de gestión destinada a garantizar la continuidad de las poblaciones de peces y el equilibrio ecológico.
Patrullajes náuticos y monitoreo de afluentes
En el marco de los controles, durante los días 4, 5 y 6 de noviembre, el Grupo GOS —integrado por guardaparques de la Zona Sur— desarrolló actividades náuticas con dos embarcaciones, recorriendo el río Paraná desde la desembocadura del Yabebiry, pasando por el Parque Teyú Cuaré y las reservas privadas, hasta Corpus.
Durante las jornadas se inspeccionaron minuciosamente desembocaduras de arroyos y orillas del río, donde se detectaron campamentos e indicios de pescadores, aunque sin hallarse artes de pesca activas.
El equipo también navegó el arroyo Yabebiry hasta las pasarelas de Loreto, incluyendo el arroyo Cazador y otros afluentes, donde se encontraron campamentos desactivados y canoas precarias. Este tipo de monitoreos tiene como objetivo detectar y desmantelar prácticas de pesca furtiva, además de registrar posibles impactos en el ambiente acuático durante la época de reproducción de las especies.
Las patrullas contaron con el apoyo de la Prefectura Naval Argentina, a través de los destacamentos Corpus y Santa Ana, fortaleciendo el trabajo conjunto entre organismos provinciales y nacionales.
La importancia ecológica del período de veda
El subsecretario de Ecología y Desarrollo Sostenible, Facundo Ringa, destacó la relevancia de esta medida al remarcar que la fauna íctica necesita este período para su recuperación natural.
“Nuestra fauna íctica tiene un momento de desove, que ocurre principalmente en los afluentes y remansos de los ríos, donde los peces descansan y se recuperan. Si no tuviéramos esta medida, no podríamos garantizar que el resto del año haya fauna en condiciones para sostener las actividades de pesca deportiva o de subsistencia”, explicó.
El desove es un proceso biológico crítico: durante esos meses los peces depositan sus huevos en aguas tranquilas y protegidas, lo que requiere condiciones ambientales estables y ausencia de perturbaciones. La pesca en este período interfiere directamente en la reproducción, reduciendo el número de crías que logran desarrollarse y poniendo en riesgo la sustentabilidad de las especies más buscadas por pescadores, como el dorado, el surubí y el pacú.

inga también apeló a la responsabilidad ciudadana, subrayando que la conservación del recurso pesquero depende tanto de las autoridades como de la comunidad:
“Necesitamos del compromiso de todos. Solo pueden pescar quienes tienen habilitación vigente del Ministerio. Está prohibida la pesca embarcada y el uso de redes. Respetar la veda es cuidar nuestros ríos y asegurar su futuro”.
Un trabajo sostenido de fiscalización ambiental
El Ministerio de Ecología recordó que cualquier actividad irregular o infracción puede ser denunciada a la línea 911, canal mediante el cual se articula el trabajo conjunto con la Policía de Misiones.
Durante los meses de veda, los operativos de control continuarán de forma permanente y se reforzarán en los puntos más sensibles, donde tradicionalmente se detectan mayores intentos de pesca ilegal. Entre ellos se incluyen áreas ribereñas cercanas a zonas urbanas y zonas protegidas, donde la presión humana sobre el recurso suele ser más alta.
Los guardaparques provinciales cumplen un papel fundamental en esta tarea, ya que no solo actúan en la fiscalización, sino también en la educación ambiental. Durante los patrullajes, se dialoga con pescadores y vecinos para explicar los motivos y beneficios de la veda, generando así conciencia sobre la importancia de conservar la biodiversidad acuática.
La coordinación interinstitucional entre Ecología, la Policía de Misiones y la Prefectura Naval Argentina ha permitido mejorar la cobertura territorial de los operativos, alcanzando zonas que anteriormente resultaban de difícil acceso.
Veda, conservación y sostenibilidad
La veda de pesca es una herramienta esencial en la gestión ambiental, adoptada por todas las provincias del litoral argentino para proteger los recursos pesqueros compartidos. En el caso de Misiones, su implementación cobra especial relevancia por la diversidad biológica de sus ríos, donde habitan más de un centenar de especies de peces de valor ecológico, recreativo y alimentario.
El objetivo de esta medida no es solo prohibir la pesca, sino también garantizar su futuro. Al permitir que las especies cumplan sus ciclos reproductivos sin presión antrópica, se asegura la continuidad de una actividad que, fuera del período de veda, tiene un fuerte impacto económico y social en las comunidades ribereñas.
En este sentido, la pesca deportiva y la de subsistencia representan fuentes de identidad cultural, recreación y sustento alimentario para numerosos habitantes del interior provincial. Sin embargo, su sostenibilidad depende de la responsabilidad colectiva y del respeto por las normas de conservación.
El incumplimiento de la veda no solo constituye una infracción ambiental, sino que también atenta contra la capacidad regenerativa de los ecosistemas acuáticos. Por eso, las autoridades destacan la importancia de la participación ciudadana en el monitoreo y denuncia de prácticas ilegales.

Educación ambiental y compromiso social
Además del control y la fiscalización, el Ministerio de Ecología impulsa campañas de sensibilización ambiental que buscan transmitir el valor ecológico y cultural de los ríos misioneros. Estas iniciativas promueven el conocimiento sobre las especies nativas, los procesos de reproducción y las amenazas que enfrentan los ambientes acuáticos.
El mensaje es claro: “Respetar la veda es cuidar la vida”. Esta consigna resume la filosofía detrás de la medida y subraya que cada acción individual contribuye al bienestar colectivo y a la preservación del patrimonio natural de la provincia.
El acompañamiento de la comunidad resulta clave. Los guardaparques destacan que, en los últimos años, ha crecido el nivel de conciencia ambiental entre los pescadores, muchos de los cuales colaboran con las autoridades en la detección de infracciones o avisos de actividades sospechosas. Este tipo de participación ciudadana se ha convertido en un pilar del modelo de gestión ambiental misionero.
Una política ambiental que trasciende la temporada
La veda de pesca no debe entenderse como una medida aislada, sino como parte de una política integral de conservación. Misiones, reconocida por su diversidad biológica y su red de áreas protegidas, mantiene un enfoque de gestión que busca armonizar el uso de los recursos naturales con su preservación.
El sistema de control durante la veda es una herramienta más dentro de una estrategia más amplia que incluye la educación ambiental, la investigación científica y la participación comunitaria. Los datos obtenidos en cada operativo contribuyen a mejorar los registros sobre poblaciones de peces, su comportamiento reproductivo y los cambios en los ecosistemas fluviales.
Gracias a este monitoreo constante, el Ministerio de Ecología puede ajustar cada año los períodos de veda y las zonas de restricción, garantizando que las medidas respondan a criterios técnicos y ecológicos.
Cuidar los ríos, preservar la identidad misionera
Misiones es una provincia atravesada por el agua. Sus ríos, arroyos y lagunas forman parte de su identidad natural y cultural, y son fuente de vida para comunidades humanas, flora y fauna. Por eso, la protección de estos ambientes no solo tiene un valor ecológico, sino también social y simbólico.
La veda de pesca se inscribe en ese compromiso colectivo con la naturaleza. A través de los patrullajes, controles y tareas de concientización, las autoridades buscan preservar un recurso que pertenece a todos los misioneros, y que debe ser administrado con responsabilidad para las generaciones futuras.
El Ministerio de Ecología recordó que respetar la veda no solo evita sanciones, sino que contribuye directamente a la salud de los ecosistemas acuáticos y a la recuperación de las especies más afectadas por la presión pesquera. En palabras de las autoridades: “Respetar la veda es cuidar nuestros ríos y asegurar su futuro”.
En definitiva, la veda total de pesca que rige en Misiones desde el 3 de noviembre representa mucho más que una prohibición temporal. Es una acción de conservación estratégica, basada en el conocimiento científico y el compromiso social, que busca asegurar la continuidad de un recurso vital para el equilibrio ambiental, la economía local y la cultura provincial.
El acompañamiento de la comunidad es fundamental para garantizar el éxito de esta medida. Como enfatiza el Ministerio de Ecología, la veda protege a las especies en su etapa más vulnerable y asegura la sostenibilidad de la pesca como recurso natural, cultural y económico de todos los misioneros.
Respetar la veda es, en definitiva, una forma concreta de cuidar los ríos, preservar la biodiversidad y sostener el equilibrio ambiental que distingue a Misiones como una de las provincias más verdes y comprometidas con la naturaleza del país.
Fuente: ValorAmbiental






